Los juegos didácticos permiten a los niños desarrollar sus habilidades sociales, cognitiva, creativas y de motricidad, además es una forma divertida de aprender.
A los niños les encantan los desafíos, por lo que no te resultará complicado animar a tu hijo a interactuar con un juego didáctico.
Las ventajas de los juegos didácticos o educativos son las siguientes:
Ejercitan la memoria. Existen muchos juegos que les ayudan a memorizar y a concentrarse, por lo que este tipo de juegos les vendrán muy bien a los niños para ejercitar las matemáticas o la lectura, por ejemplo. Se trata de juegos en los que se repiten patrones , lo que favorece que los niños pongan en marcha su capacidad de memorizar elementos y recuerden la información mucho mejor.
Ayudan a aprender del fracaso. En los juegos a veces se gana y otras se pierde, por lo que jugar con personas que conocen y en un entorno seguro, les ayudará a entender que fracasar no es malo, y que se pueden sacar lecciones muy importantes y aprender de ello.
Habilidades sociales. Los juegos educativos también ayudan a que los niños desarrollen sus habilidades sociales y de interacción porque alientan a una comunicación saludable, organizada, solidaria y respetuosa entre los que participan.
Habilidades motoras. Este punto entra en juego sobre todo en los bebés, ya que los juegos educativos que requieren de interacción física con los elementos del mismo, son un gran incentivo para que el pequeño desarrolle sus habilidades motoras y comience a conocer su cuerpo y a controlar mejor sus movimientos.
Mejora la autoestima. Estos juegos fomentan emociones positivas que se asocian al logro y a la diversión, lo que permite el desarrollo de la autoestima del niño. La mayoría de estos juegos ofrecen recompensas a los pequeños que hayan alcanzado el objetivo propuesto, lo cual estimula directamente la autovaloración de quienes participan.
Concentración. Según distintos estudios, los juegos de mesa educativos aumentan considerablemente el espectro de concentración de los niños si se juega con regularidad.
Desarrollan la paciencia. Un juego educativo enseña a los niños que, en ocasiones, se tienen que desarrollar estrategias y esto les ayuda a poner en práctica su paciencia.